
Siglo XIV.
La peste negra asola Europa, extendiéndose como un castigo divino sobre la aterrorizada población. En medio del caos, una monja de las recoletas, orden secreta cuya misión es estudiar y preservar los archivos más oscuros de la Iglesia, huye de la sombra que la acosa sin descanso. Consigo lleva una calavera con una corona de espinas y un libro cuyos secretos el mundo no debe conocer bajo pretexto alguno. El camino de la monja termina en un convento de Bolzano, donde expira. Sin embargo, la maldición la persigue: durante los trece días siguientes las monjas mueres de las formas más horribles. Sólo una de ellas logra eludir tal destino y salvaguardar el libro frente a los terribles seres que lo codician, pero para ello paga el precio de emparedarse a sí misma...
Siglos más tarde, sus investigaciones llevan a Marie Parks, agente del FBI especializada en localizar asesinos psicópatas -trabajo para el que aprovecha su insólita habilidad de médiun-, hasta su pueblo natal, donde su llegada coincide con la desaparición de cuatro mujeres, entre ellas la ayudante del sheriff. Sus poderes permiten a Parks decubrir el paradero de las víctimas, que han compartido la misma horripilante suerte: en lo que parece una misa satánica, las cuatro han sido salvajemente crucificadas. Muy lejos de allí, el Vaticano envía a su mejor exorcista a investigar el crimen, pues tres de las víctimas son monjas recoletas, y todo parece indicar que tras su muerte se halla el desaparecido evangelio de Satán.
Las puertas del infierno están abiertas, y Caleb el viajero ha salido de ellas...